Pensando con mi soledad
me encontré en un sueño extraño, irreconocible pero real.
Caminaba sola y desconsolada en un terreno sin firmeza y con mis pies solo pisaba piedras.
Alguien me gritaba... pero era un grito que provocaba miedo;
Quise empezar a correr pero mis pies estaban atorados y únicamente podía mover mis brazos.
Comencé a agitarlos para ver si podías ayudarme
pero seguías caminando solo;
y por un momento recordé que en realidad siempre había estado sola…
Ya no sabía quien era ese que iba delante mío, pero hablaba conmigo.
Era extraño pero seguía siendo real.
Grité y empecé a caminar nuevamente.
Corrí para encontrarme con vos pero ya no estabas.
Habías tomado otro rumbo o te habías escondido de mí cuando me escuchaste gritar.
Miré para todos lados, y seguía sola.
Mis parpados empezaron a decaer pero seguía buscándote, no quería perderte…
No había ningún lugar posible en el que pudieras esconderte.
Y el camino era llano como para no verte en la distancia.
Me detuve por un momento.
Volví a pensar con mi soledad y me encontré en otro sueño…
extraño, indescifrable pero real.
Y estabas ahí, durmiendo al lado mío.
Tus ojos estaban cerrados y yo te miraba atentamente.
Mi cabeza descansaba sobre la almohada…
Tus ojos se abrieron y me dijiste: “Te amo”...
Entonces ... seguí soñando.
